COVID-19 puede hacer declinar las remesas a Cuba entre un 30 y 40% en el 2020

La impronta generada por la pandemia del COVID-19 está impactado fuertemente a la economía mundial. La necesidad de poner a países enteros en cuarentana ha hecho que millones de personas se queden en sus hogares por lo que las economías prácticamente se han paralizado. Este escenario a puesto un freno al mercado mundial de remesas, al forzar abruptamente la caída de la capacidad de envío de dinero que tienen los principales países emisores. Muchos países cuyas economías tienen un alto grado de dependencia de las remesas se van a ver profundamente afectados. Es difícil predecir en estos momentos cuanto va a durar esta situación, y que nivel de declive tendrán las remesas, todo dependerá de cuan rápido sea detenida, controlada y erradicada la pandemia y cuan rápido las economías de los países emisores puedan recuperarse y volver a la normalidad.

La economía cubana con un alto grado de dependencia de las remesas se va a ver profundamente afectada. Las remesas en efectivo a la isla podrían caer entre un 30 y un 40% en el 2020 en comparación con el 2019, incluso hasta un poco más, todo dependerá del tiempo que demore recuperarse el mercado estadounidense, quien es el principal emisor de remesas a la isla (90%). Como van las cosas estimamos que en el 2020 las remesas a Cuba pueden caer hasta 2.4 billones, lo cual sería un duro golpe para la maltrecha economía cubana. Ver Figura 1.

Figura 1. Serie de remesas a Cuba, 2008-2020E.

Fuente: Havana Consulting Group

Las remesas en efectivo a la isla apenas crecieron un 0.68% en el 2019 ($3.716.71 millones de USD) en comparación con el 2018 (3,691.68 millones de USD). Lo cual confirma la desaceleración que venían experimentando desde el 2016 cuando el gobierno cubano congeló las reformas económicas y puso fuertes restricciones al naciente sector privado, apagando la fiebre de emprendimiento que había en la isla y que le hacia una fuerte competencia a las empresas estatales en diversos sectores de la economía como el turismo, el transporte, la venta de bienes, los servicios de restaurantes y otros.

El gobierno cubano nunca ha tomado en cuenta a las remesas como un activo financiero para apalancar el desarrollo de las pequeñas empresas en el país, sino como un activo para recaudar divisas y desarrollar la red minorista dolarizada del país que es controlada 100% por el estado cubano. Su política respecto a las remesas ha sido de castigo hacia el dólar grabando con el 10% los envíos que se realizan en USD. En 27 años de permitidos los envíos de remesas a la isla el gobierno cubano no ha tomado una sola medida que estimule y aproveche ese capital que representan las remesas como un canal de inversión directa para desarrollar el país, sino para estimular el modelo de capitalismo monopolista de estado.

Por otra parte, las remesas en mercancías apenas crecieron un 0.84%, a pesar de que los vuelos en el 2019 (12,989) crecieron 10.96% con respecto al 2018 (11,705). Ver Figura 2.

 Figura 2. Número de vuelos de EE,UU a Cuba por meses, 2014-2020E

Fuente: Havana Consulting Group

Este bajo crecimiento del envío de remesas en mercancías en el 2019 se debió a que el gobierno cubano implementó medidas restrictivas para limitar la importación de artículos por parte de los viajeros. En este sentido, limitó la cantidad de electrodomésticos y otros productos que se podían importar, así como elevó los aranceles para la importación de productos, con el fin de contrarrestar la competencia que hace el mercado informal a las empresas minoristas controladas por el estado.   

Para el 2020 se espera que las remesas en mercancías tengan una sustancial caída, no solo por el tema de la pandemia del COVID-19 y su efecto en las economías ya mencionado anteriormente, sino también por las medidas adoptadas por la Administración Trump para restringir los vuelos regulares y chárteres a la isla[1], las cuales comenzaron en diciembre 10 con la limitación de los vuelos regulares solo a la capital del país, eliminado los vuelos al resto de los nueve destinos que estaban habilitados en la isla[2]. Posteriormente esta limitación se hizo extensiva también a los vuelos chárteres, los cuales, a partir del 10 de marzo, solo se efectuarían a la Habana[3].

Teniendo en cuenta este nuevo escenario se estima que los vuelos para el 2020 tengan un declive del 33%. Lo cual afectaría considerablemente los envíos de remesas en mercancías a la isla. En este sentido, es previsible que este declive sea aún mayor si la crisis generada por el CORONAVISRUS obliga a suspender los vuelos entre ambos países que actualmente hoy se realizan solo a la Habana. Para este escenario las remesas en mercancías podrían caer como mínimo un 40% con respecto al año anterior. Hay que tener en cuenta además que la capacidad de compra de productos por parte de la diáspora cubana se va a ver afectada debido al tiempo de cuarentena que puede estar sometida la población, que los obliga a estar a resguardo en sus casas sin trabajar y sin cobrar un salario.

Remesas principal fuente de ingresos de divisas al país

 Actualmente las remesas constituyen la principal fuente de ingreso que tiene el país. A pesar de que no son ingresos obtenidos por la labor de la fuerza empresarial cubana, sino del esfuerzo y el sacrificio de cientos de miles de cubanos que viven en el exterior, hoy constituye el activo de mayor peso en la economía del país. Los 6.16 billones de dólares que recibió la isla por concepto de remesas en efectivo y mercancías en el año 2019 implican cero costos para las empresas cubanas; todos los costos de envío de dinero y mercancía son asumidos por las personas que las envían. Ningún otro rubro de la economía cubana es tan rentable como las remesas[4].  La reducción del soporte financiero venezolano, el declive de las exportaciones de productos y servicios, así como el declive del turismo[5], colocan a las remesas como el pulmón financiero que mantiene con vida a la moribunda economía cubana. El envío de remesas en mercancías y en efectivo han aliviado las carencias materiales de más del 70% de las familias cubanas.

 

Las remesas en mercancía o en especie hacia Cuba constituyen actualmente el principal soporte logístico de mercancías que tiene la población y los emprendedores en la isla. Este fenómeno ha ido creciendo año tras año y hoy constituye toda una industria, de la cual se benefician cientos de miles de familias cubanas y más de medio millón de emprendedores, con un profundo impacto en la microeconomía y en el desarrollo del sector privado en la isla, donde se ha creado un mercado informal de bienes que sobrepasa los 3,000 millones de dólares anualmente.

 

Para tener una idea del grado de importancia que tiene el envío de remesas en mercancías por parte de la diáspora a sus familiares en la isla, el valor del volumen de envío de estas mercancías en 2018 fue de 2.9 billones[6], superior a la suma del valor de la importación conjunta de 2.7 billones de bienes que entraron al país ese mismo año provenientes de España (1.2 billones) y China (1.5 billones).

Por otra parte, los envíos de remesas en efectivo oxigenan la mayoría de los hogares cubanos. En los últimos 10 años la población cubana ha recibido 29,948 millones de dólares en remesas en efectivo. El 90% de este dinero provino de los EE.UU.

Las remesas constituyen la principal fuente de ingresos de la población cubana, actualmente representando el 50.81% de los ingresos de la población. Le siguen a continuación el salario ganado por los trabajadores por cuenta propia, que constituyen el 33.57% de los ingresos de la población, y el salario que paga el estado a los trabajadores, el cual representa el 15.37% de los ingresos totales[7].

Después de seis décadas de economía centralizada, Cuba depende hoy en día más de la diáspora que de las oportunidades de remuneración que brinda el estado. Bajo la actual concepción del sistema económico cubano, esta situación continuará a menos que se hagan cambios estructurales en la economía que permitan abrir oportunidades de mejor empleo y remuneración a la fuerza laboral.  Esto se traduce en una necesidad urgente de la liberación de las fuerzas productivas. Cuba después de Venezuela tiene el salario promedio más bajo de América Latina, con un valor de 29 dólares al mes, muy por debajo de la media de la región que es de más de 379 dólares mensuales.

Los nudos que entorpecen el rol inversionista de las remesas

Como ya hemos visto en este articulo las remesas en sí mismas tienen un peso importante en la economía del país en el escenario actual, pues constituye la principal fuente de ingresos de los cubanos. Esta realidad no solo muestra el abismo que separa la prosperidad en la que viven los que envían y la miseria en que vive el que la recibe, sino que va más allá de ese simple significado: muestra por un lado la oportunidad para el desarrollo y la generación de riquezas producto del trabajo que encuentran los cubanos cuando emigran, con la contrastante realidad que tienen que enfrentar los cubanos que permanecen en la isla en un sistema que les impide generar riqueza y desarrollarse, y los obliga a tener que vivir una vida miserable, llena de carencias y necesidades que no pueden ser cubiertas con los magros salarios que paga el estado.

Las remesas jugaron un rol fundamental en la tímida apertura que hiciera el gobierno a partir del 2010. Estas financiaron de forma informal pero directa, la reparación y compra de miles de viviendas para ser convertidas en negocios privados (restaurantes, cafeterías, hostales, salones de bellezas, etc.). Las remesas también financiaron la compra y la reparación de miles de autos que se convirtieron en taxis. Y así de manera informal se convirtieron en la principal fuente de financiamiento que ayudó a iniciar miles de pequeños negocios de diferentes tipos. Además, sirvieron para financiar y dotar a muchos negocios de la indumentaria necesaria para operar.

Las limitadas reformas emprendidas en el 2010 fueron un buen ensayo para comprender la dimensión del papel que juegan las remesas como capital de inversión. Como hemos demostrado en versiones anteriores de nuestro THCG Business Report, las remesas jugaron un rol esencial en el rápido crecimiento del sector privado en los últimos 9 años. Decenas de miles de emprendedores recibieron de sus familiares y amigos capital de inversión -- utilizando las remesas como vehículo -- para iniciar sus negocios.

La limitada apertura económica puesta en marcha por Raúl Castro permitió la expansión del sector privado a 201 modalidades en un ambiente de leyes más flexibles, como la de permitir la contratación de personal, la ampliación de la capacidad de los restaurantes en número de clientes, la posibilidad de rentar locales del estado, la venta de casas y de autos, la creación de cooperativas, la posibilidad de viajar y el desarrollo de un grupo de actividades que anteriormente no eran permitidas.

Los números muestran que esta apertura aun con sus limitaciones permitió a cientos de miles de cubanos comenzar una nueva vida. Al cierre del 2016 se reportaban que unos 535,000 cubanos trabajaban directamente en el sector privado de forma legal por medio de una licencia. En el 2010 había 157,371 de ellos, por lo que en 6 años el número de trabajadores creció 3.4 veces. Ver Figura 3.

 Figura 3. Serie histórica de los trabajadores por cuenta propia, 1993-2016.

Fuente: Havana Consulting Group basado en los datos publicadas por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y otras fuentes.

En el 2016 las actividades más representadas en actividades privadas fueron: la elaboración y venta de alimentos, con unas 59,700 licencias; el transporte de carga y pasajeros, con 54,350; la renta de viviendas, habitaciones y espacios, con 35,066, y la figura de telecomunicaciones con 24,440 trabajadores privados. Dichos trabajadores como promedio percibieron un salario al menos 10 veces superior al salario promedio que recibían los trabajadores estatales[8].  

La mayoría de estos emprendedores se beneficiaron de la política aperturista implementada por el entonces presidente de los EE.UU Barack Obama, la cual liberó los envíos de remesas y los viajes de los cubanos-americanos a la isla, propiciando de esta manera canales informales pero muy eficientes para el financiamiento de miles de negocios, que al paso de los años se fueron consolidando en el mercado. Hoy muchos de estos negocios se han convertido en exitosas pequeñas y medianas empresas que aún no han sido reconocidas jurídicamente como tal[9].

En el período 2010-2016 se produjo un verdadero boom en el sector privado cubano. Los emprendedores desarrollaron modelos de negocios muy exitosos y lucrativos. Por el volumen de licencias que estaban activas en ese período y el volumen de negocio que generaban, los negocios más notables eran:  restaurantes privados, popularmente llamados “paladares”, hostales para la renta de habitaciones, salones de belleza, talleres para la reparación de celulares, producción y venta de calzado, transporte y venta mayorista de productos. Este último, es una actividad que se desarrolló llenando el vacío generado por la ausencia de un mercado mayorista para satisfacer las necesidades de insumos de los emprendedores. Esta actividad ha sido “tolerada por el gobierno”, sin embargo, nunca se ha aprobado como tal en el listado de las modalidades permitidas[10].

En ese escenario, un segmento importante de la población logró independizarse económicamente del estado y crear un tejido empresarial exitoso que reunió a miles de negocios privados. La ayuda económica de los exiliados cubanos, por medio de remesas, fue un factor clave en el desarrollo de este naciente sector privado, el cual creó un mercado de bienes y servicios estimado entre 2.5 y 3.8 billones de dólares. El poder adquisitivo de este segmento de la población logró crecer 10 veces más como mínimo con respecto a los trabajadores que trabajan en el sector estatal.

Sin embargo, al ala conservadora del PCC no le gustó el boom que estaba teniendo este exitoso movimiento de emprendedores en la isla y rápidamente el gobierno congeló las reformas. El cerco emprendido al sector privado a partir del 2016 fue escalando de manera brutal para asfixiar este febril movimiento. Se aumentaron los impuestos, se redujeron las modalidades para ejercer el trabajo privado, se detuvo el proceso de entrega de licencias en las modalidades más lucrativas. Mas adelante se toparon los precios y se congeló la autorización de las Cooperativas No Agropecuarias (CNA). Estas medidas poco a poco fueron acorralando al sector privado, al punto que muchos de estos emprendedores comenzaron a exportar su capital -- generado por las empresas que habían creado -- al exterior por la falta de oportunidades de invertirlo en su propio país. En este cerco fatal al emprendimiento ciudadano, la prensa oficial cubana, dirigida y orientada por el PCC comenzó una fuerte campaña de demonización de los emprendedores.

Figure 4. Caricatura publicada en el periódico Granma celebrando el aumento salarial y demonizando a los emprendedores.

Fuente: Granma.

 

Así las cosas, el flujo de remesas que se utilizaba por el sector privado cubano como capital de inversión se detuvo: la falta de oportunidades para invertir y las barreras impuestas al sector privado para evitar su expansión y desarrollo puso un freno definitivo al flujo de capital externo dedicado a estos fines.

Para que las remesas puedan ser un componente importante en las inversiones que necesita el país, se requieren condiciones y leyes que justifiquen y promuevan tal propósito, las cuales hoy están ausentes del mercado cubano.

En ese sentido, lo primero que tendría que hacer el gobierno cubano es implementar leyes que permitan tanto a los ciudadanos cubanos residentes en la isla como a los residentes en el exterior tener empresas con personalidad jurídica; crear un mercado de libra empresa; y liberar totalmente las fuerzas productivas. Estas tres condiciones son fundamentales para poder estimular el flujo de remesas a la isla en forma de capital para inversión.

El mercado cubano tiene una alta necesidad de inversión, sin embargo, sus rígidas leyes impiden que esas necesidades se conviertan en oportunidades. Es inconcebible que en pleno siglo XXI los ciudadanos cubanos no puedan invertir en su propio país, ni puedan ser dueños de empresas con personalidad jurídica. Las leyes actuales impiden a los cubanos la libertad de generar riquezas, en cambio paradójicamente favorecen la inversión extranjera. Este apartheid económico que sufren los cubanos es el primer muro que hay que derrumbar. Cuando eso suceda las remesas se convertirán entonces en una fuente fundamental de capital para invertir. El capital entrará a Cuba de forma libre y espontánea, y no será solo en capital líquido: hay un enorme capital de recursos humanos cubano, altamente preparado, con know how y experiencia, establecido en la diáspora listo para ayudar en la reconstrucción del país.

Conclusiones

La precaria economía cubana se encuentra al borde del colapso. La crisis de la economía mundial generada por la pandemia del COVID-19 ha impactado profundamente en todos los mercados. Las grandes economías que a su vez son los principales emisores de remesas mundiales no escapan a esta tragedia.  Por lo que el sector de envío de remesas se va a ver afectado a escala mundial. En este sentido, Cuba no escapa de esta realidad y será uno de los países más afectados, dada la alta dependencia que hoy tiene la economía de la isla de las remesas que llegan del exterior, tanto en efectivo como en mercancías.

La mala estrategia del gobierno cubano de apostar su desarrollo económico solo a la industria turística y la exportación de servicios médicos, y no priorizar otros sectores como el de la alimentación, por ejemplo, ni tampoco estimular el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, hizo que la economía del país fuera cada vez más dependiente de las remesas familiares.

La estrategia de gestionar la emigración cubana a lo largo de las últimas tres décadas como una válvula de escape, y convertirla en una fuente principal de entrada de divisas para el sustento de la población y las redes minoristas dolarizadas controladas por el estado, súbitamente se ha convertido en una espada de Damocles en las actuales circunstancias.

La caída estimada del 40% de las remesas a Cuba en efectivo para el presente año va a tener un profundo impacto en la economía del país. Esta mala noticia junto al fuerte declive que va a tener el turismo son sin duda alguna dos estocadas mortales para la economía cubana. Bajo este escenario, se va a acrecentar la falta de liquidez del gobierno y se va a profundizar aún más la escasez de productos, tanto en el mercado formal como en el mercado informal, por lo que los pecios de los productos se van a disparar y se va a generar una explosión inflacionaria que pudiera rebasar los límites alcanzados en la crisis de los 90.

Por otra parte, la falta de sensibilidad y sentido común que ha tenido el gobierno cubano respecto al manejo de cómo enfrentar la pandemia del CORONAVIRUS, haciendo todo lo contrario a lo que han hecho el resto de los países, más la propia realidad de no tener los recursos que se requieren para hacerle frente, generan mucha incertidumbre en la población. Si a esto le sumamos la deteriorada situación de la economía, es fácil percibir que la imprudencia, la arrogancia y la falta de sentido común de los dirigentes cubanos ha elevado considerablemente el nivel irritabilidad y frustración de la población.

Convertir la lucha contra la pandemia una batalla ideológica, promocionando el turismo cuando el mundo entero a cerrado sus fronteras como medida de precaución para proteger a la población, no tiene ninguna justificación ética, ni económica. El gobierno cubano y sus dirigentes son los máximos responsables de haber dejado indefensa y desprotegida a una población que está desgastada anímicamente por las limitaciones del modelo y las carencias materiales que tienen que enfrentar en el del día a día. Es el propio gobierno quien con su torpeza política y su tozudez ideológica está abonando un escenario muy sensible que en cualquier momento hará estallar una explosión social en el país. Raúl Castro Ruz y Miguel Díaz Canel son los máximos responsables si se produce una tragedia como esta.

 

REFERENCIAS

[1] HCG Business Intelligence Unit. “Restricción de vuelos a Cuba agobian aún más a la economía cubana”. THCG BUSINESS REPORT FEBRUARY 2020 No.1. Havana Consulting Group.

[2] Gámez, Nora. “Estados Unidos suspende vuelos regulares a nueve destinos en Cuba”. El Nuevo Herald. Octubre 2019. https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article236613678.html

[3] 14yMedio, EFE. “Estados Unidos prohíbe los vuelos chárteres a toda Cuba menos a La Habana”. Enero 2020. https://www.14ymedio.com/nacional/Estados_Unidos-vuelos-charters-Cuba-Habana_0_2799919990.html

[4] Morales. Emilio. “Remittances to Cuba: the financial support that prevents the collapse of the Cuban economy”. THCG BUSINESS REPORT FEBRUARY 2019 No.1. Havana Consulting Group.

[5] HCG business Intelligence Unit. “Cuban tourism industry plummets”. THCG BUSINESS REPORT AUGUST 2019 No.3. Havana Consulting Group.

[6] HCG Business Intelligence Unit. “Merchandise remittances and informal markets, the lifelines of Cubans”. THCG Business Report, August-October 2019 Nº 3, THCG & TECH.

[7] Morales. Emilio. “Remittances to Cuba reveal where the purchasing power of the Cuban population is concentrated”. THCG BUSINESS REPORT October-December 2018 No.5. Havana Consulting Group.

[8] Mesa-Lago Carmelo. “Self-employed workers: force for change?”. THCG Business Report October 2016 Nº 5

[9] Morales. Emilio. “Entrepreneurs exported 9 times more capital than that was invested by foreigners in the ZEDM in 2017”. THCG BUSINESS REPORT AUGUST 2018 No.4. Havana Consulting Group.

[10] Morales. Emilio. “Thaw and reforms create a middle class and new balance of power in Cuban economy”. THCG BUSINESS REPORT JUNE 2017 No.3. Havana Consulting Group.