Deshielo con EEUU descongela deuda de $15,000 millones con el Club de París

El anuncio de que el Club de Paris y Cuba acaban de fijar la deuda externa cubana en $15,000 millones de dólares es un aspecto positivo en la estrategia  que se ha trazado el gobierno de Raúl Castro para incorporarse a la economía mundial.

Se trata, fundamentalmente, de una estrategia dirigida a insertarse al sistema financiero internacional, que le permita obtener grandes créditos a mediano plazo para poder potenciar el desarrollo de la economía cubana en pleno proceso de transformación. Algo que será un proceso complejo y que va a tomar su tiempo, sobre todo por la cantidad de ajustes que amerita esa inserción financiera a nivel global.

Este primer paso del reconocimiento de la deuda crea un clima de confianza entre Cuba y sus acreedores, lo que permitirá trazar un plan para acordar los pagos de la deuda entre las partes y allanar el camino para que Cuba pueda recibir nuevos préstamos. El monto total de la deuda cubana se estima en unos $26,000 millones.

Aprovechando el deshielo

Las conversaciones con el Club de París estaban congeladas desde el 2001, con el obstáculo de la enorme carga de más de $35,000 millones de dólares que pesaban sobre Cuba de los días de generosos préstamos soviéticos. Hasta el último informe anual del Club de París, Grecia, Cuba,  Indonesia, China y India eran los países con mayor volumen de deuda ante esa entidad financiera, que reúne a 16 de los países más ricos del mundo.

No cabe duda de que el deshielo entre Estados Unidos y Cuba ha sido un factor influyente en la negociación de la deuda con el Club de París. Los viejos acreedores no podían quedarse rezagados en el nuevo escenario de cambio de rumbo en las relaciones Cuba-EEUU. Su efecto dominó también ha llegado al tema de la deuda externa.

El pasado marzo, el jefe del Club de París, Bruno Bezard, había estado en La Habana para negociar con las autoridades cubanas y encontrar una solución al pago de la deuda.

En los últimos años el gobierno cubano renegoció su deuda externa con varios de los principales acreedores, con el fin de obtener nuevos créditos que dieran un alivio a la necesitada economía nacional y permitiesen abrir una brecha al embargo.

Con la entrada en vigor de la nueva Ley de Ley de la Inversión Extranjera, hace ahora exactamente un año, la renegociación de la deuda con cada uno de los acreedores constituye una solución audaz para atraer el capital que tanto necesita el desarrollo del país. La búsqueda de nuevos socios que puedan invertir al amparo de la nueva ley se ha convertido en prioridad del gobierno cubano, por lo que despejar el tema de la deuda y mostrar voluntad de pago es una estrategia que ya comienza a dar frutos en el largo proceso de acceder sistema financiero.

Resultados alentadores

Los resultados en la renegociación de la deuda son muy alentadores respecto a los planes de apertura a la inversión extranjera que está impulsando el gobierno cubano. El país ha logrado reestructurar con éxito una buena parte de su deuda externa y ha conseguido que le condonen la cuentas que arrastra con varios países: China (47.2%), Japón (80%), México (70%) y Rusia (90%). Así ha obtenido recortes sustanciales de lo que debía a cambio de planes de pagos a largo plazo de la deuda restante con estos países.

Esto explica también las recientes visitas de alto nivel por parte de figuras políticas, empresas y empresarios de esas cuatro naciones, a las cuales se les han sumado delegaciones de Francia, Inglaterra y España.

La noticia emerge en vísperas de la próxima ronda de conversaciones entre representantes de Cuba y la Unión Europea (UE) para un acuerdo de diálogo político y de cooperación económica, fijnada para el 15 y 16 de junio en Bruselas.

Es de esperar que en los próximos meses Cuba abra sus libros como un paso de buena fe y de transparencia para poder acceder a los créditos internacionales.

Una incógnita cubana

Por muchos años el gobierno cubano no ha emitido información oficial sobre las reservas que mantiene el Banco Central de Cuba, por lo que llegar a conocer su verdadero valor es una gran incógnita. Sin embargo, es posible tener un estimado de la información sobre depósitos que tiene Cuba en bancos internacionales, la cual es publicada por el Banco Internacional de Pagos de Basilea.

El conjunto de depósitos a nombre de Cuba en la banca internacional, que pasó bruscamente de $4,105 millones de dólares en diciembre de 2011 a $2,717 millones en diciembre de 2012, estaban en los $2,167 millones en septiembre de 2013,  lo cual constituyó una brusca disminución del 47.21% en aquel entonces.

Hay dos factores probables en esta disminución de las reservas internacionales. El primero, el posible uso de estas reservas para el pago de deudas con algunos de los acreedores más importantes; el segundo, el pago en la compra de alimentos que con el alza de precios en el mercado mundial y el incumplimiento de los planes internos de producción, obligaron al gobierno a utilizar parte de estos recursos para evitar una crisis de abastecimiento.

Renegociar la deuda externa, ponerse de acuerdo con los acreedores y abrir sus libros para conocer sus reservas son pasos necesarios en este momento de reacomodo cubano a la economía mundial. Al menos la voluntad de ir hacia adelante por parte del gobierno cubano es un fuerte indicio que pudieran producirse cambios más profundos en la economía cubana en los próximos meses.

Si importante ha sido el paso de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el comienzo del desmontaje del embargo, también es importante que la élite encaramada en el poder en la isla comience a desbaratar los muros internos que levantó durante más de cinco décadas para protegerse de los  desafíos y embates de su poderoso vecino. Borrar la imagen de pagador moroso o reacio a cumplir con los compromisos financieros contraídos (¿se acuerdan de la campaña contra la impagable deuda externa en 1985?) es uno de esos muros que se edificaron en medio de la confrontación.

Confiemos en que también el resto de los muros todavía intocables serán desmontados para permitir de una vez la prosperidad y el desarrollo del pueblo cubano.